martes, 30 de octubre de 2012

Pitas pitas!!!!! ...... Haciendo un gallinero

Conseguir tener como "material educativo" a los seres vivos es ciertamente difícil, pero nosotros nos lo hemos propuesto: ¡¡¡queremos tener gallinas, queremos que pongan huevos y queremos que nazcan pollitos!!!  ..... además hacernos ricas tortillas para los almuerzos, claro.



Tener un gallinero en un lugar como el Espacio Educativo La Oropéndola requiere que sea seguro, ya que hay bastantes predadores en la zona (leasé perros sueltos, zorros, culebras de gran tamaño, rapaces ...... aunque todo hay que decirlo, desde luego sería un espectáculo ver a una rapaz comiéndose una gallina en el patio de la oropéndola ..... claro, claro, esto no es lo que queremos conseguir!!!!). Por tanto, una de nuestras más inmediatas preocupaciones fue la seguridad. Y la seguridad suele ser sinónimo de inversión costosa ....... 


Pero  .... eh!! un momento!!! ¿no decíamos que este es un grupo en el que no faltan ganas, imaginación y recursos? ..... pues ahí está el equipo "construyendo un gallinero bueno pero barato" y trabajándose al máximo el reto:




¿Que cómo lo hacemos? ... ¡que no te preocupes!! .. que yo en mi casa tengo un montón de puertas antiguas, de ventanas y de contraventanas ¡que ya verás qué bien que quedan!! .... Ah! pues sí, venga p'alante!!  ..... Y así, es cómo se les hizo la casita-dormitorio a nuestras tres gallinas. 


Le dieron vueltas, vueltas y más vueltas, cómo se aprecia en la imagen de la izquierda,  y al final, hicieron un diseño práctico, a base de reutilizar material que tenemos en casa arrumbado, a la espera de ser de nuevo útil. 

Esto, junto "con nuestras manitas y nuestros clavos y martillos" (acompañado de una musiquilla que algun@s recordarán ...) hizo que el sueño colectivo de tener al equipo gallináceas  en libertad comiendo bichitos en el patio de la oropéndola fuera una realidad.

La ubicación del gallinero fue también meditada, pero teniendo en cuenta que al fin y al cabo, son un recurso educativo, se optó por hacerlo cerca de la casa. De ese modo, los niñ@s se cruzan con este espacio fácilmente en su día a día, y las gallinas también están más integradas entre ellos, perdiéndoles el miedo.






El montaje final fue la instalación de la casita-dormitorio de madera, cubriéndola con una techumbre que evitara que la madera se deteriorase, y que también realizara una protección frente al frío, ya que crea una cierta cámara de aire. Esta protección también es efectiva ante posibles desprendimientos, ya que invitamos a observar, en las fotografías de arriba, la "antinatural" inclinación del talud que rodea a la casa por la vertiente oriental, producto de la "natural" vertiente humana de modelar el paisaje a su conveniencia ....... al menos conveniencia momentánea, ya que la naturaleza, con la ayuda de ciertas leyes físicas, hace que las cosas vuelvan a su cauce).






La puerta quedó estupendamente, con su pre-marco de madera, y ¡¡¡hasta dos artísticos cuadros con imágenes "galliniles" fueron colgados en el exterior de la malla!!, para deleite de la sensibilidad de todos los seres vivos que por allí se acercaran.


Nuestros niñ@s han agradecido en todo momento que las gallinas estén por ahí haciendo su vida de picoteadoras incansables, y cuando estas estaban en su gallinero, no dejaban de ir a visitarlas para ver qué estaban haciendo. Además, el alimentarlas cada día con las sobras de los almuerzos y de la comida ha sido una rutina más que se ha incorporado a la oropéndola.















¡¡¡Gracias a los que han hecho posible esta realidad!!!