miércoles, 7 de mayo de 2014

Fallo a favor de la educación libre

Una jueza de Soria deja a unos padres educar a su hijo en una escuela sin licencia


Un juzgado de Soria ha dado la razón a unos padres, que han inscrito a su hijo en una escuela que no tiene licencia y que imparte la enseñanza al margen del modelo reglado. Es lo que se conoce como escuela libre. La jueza se ha opuesto al recurso de la Fiscalía, que pedía que el menor se escolarizara en un colegio convencional y que denunció a los padres por supuesta responsabilidad en un caso de absentismo escolar.

La resolución falla a favor de los padres, que han inscrito a su hijo a una escuela libre de Fuentelfresno (Soria), donde un grupo de familias apuesta por una educación alternativa a los itinerarios educativos formales.

Este centro libre, que no cuenta con licencia y así lo reconoce el juzgado, se presenta como un proyecto educativo que surgió del interés de un grupo de familias, por ofrecer a sus hijos una educación diferente, asumiendo con ello la plena responsabilidad en su proceso educativo.

El centro comenzó con el trabajo de tres madres que iniciaron esta “escuelita”. Desde septiembre del 2011, a lo largo de la semana, los tres niños iban rotando por las casas de tres familias. A este grupo inicial se unieron tres educadoras, que montaron un espacio para enseñar a los alumnos.

El juzgado ha desestimado la petición del Ministerio Público, ya que considera que no hay perjuicio en que este niño se eduque en una escuela libre. El menor estudia lo equivalente a tercero de Primaria. La magistrada recuerda, además, que este niño está matriculado en el Centro Nacional de Educación a Distancia (CNED) de Toulouse. La resolución señala que en la escuela libre existe una programación adaptada al currículo oficial.

Pero la jueza no entra en el fondo de si este centro cumple las normas mínimas del Estado en materia de enseñanza. En la resolución se recuerda que la administración educativa debe controlar el funcionamiento de estos centros y velar por la educación integral del niño. Si hay dudas, deberá plantearse la cuestión por lo contencioso.

En la resolución se deja claro que este caso no tiene nada que ver con la educación en casa, sobre la que se pronunció el Tribunal Constitucional. En una sentencia de diciembre de 2010 denegó a unos padres de Málaga educar a sus hijos en el hogar. El texto señaló que la libertad de enseñanza se circunscribe a la facultad de enseñar libremente fuera del horario escolar, pero que debe respetarse el deber de escolarización.

Hasta 3.000 familias educan a su hijos en casa

En España, entre 2.000 y 3.000 familias educan a sus hijos en casa, según los cálculos de asociaciones de educación libre. Julio Sánchez, que enseña a sus tres niños en el hogar, sostiene que el Tribunal Constitucional no ilegalizó esta práctica, sino que no la amparó. “Lo legal es la escolarización. El problema es que la educación en el hogar ha quedado en tierra de nadie”.

Sánchez, que preside una asociación de educación libre, explica que hay familias que educan en casa y envía también a sus hijos a escuelas libres. Estos centros pueden seguir una metodología más reglada, con horarios parecidos a los colegios oficiales, o enseñar casi sin temario. Pero suelen estar "en un limbo legal". 

En su opinión, cada vez hay “más movimiento de padres que apuestan por esta educación", porque los centros reglados no les ofrecen lo que sus hijos necesitan.

En su caso, la decisión de educar en casa vino por la mala experiencia que vivió con su hija, que tiene problemas de movilidad. “Con 7 años le quitaron el profesor de apoyo y la descuidaron. Se iba a quedar atrás. Intenté buscar otros centros pero nos dieron con la puerta en las narices”, explica. Julio defiende esta opción educativa: “Ofrecemos a nuestros hijos mucho más”. Él trabaja en casa –es administrador de empresas- y se compagina con su esposa para la enseñanza.

Julio lamenta que en esta vía educativa haya disparidad de criterios judiciales. Recuerda el caso de una familia del País Vasco, que tuvo que escolarizar a su hijo, al que sacaron de la escuela por sufrir acoso escolar. 

Niños que cultivan en un huerto y tocan la batería

Manel Martínez dirige la Escola Liberi en Barcelona, donde acuden 50 alumnos de entre 6 y 12 años. Tomando como inspiración metodológica el modelo Montessori, la escuela funciona como un centro con propuestas artísticas y educativas para el alumno y ajustándose a lo que necesita o demanda en el momento. No hay aulas convencionales y los estudiantes pueden mezclarse con los de otros cursos. No hay horarios y el alumno y sus padres pueden acudir cuando lo consideren oportuno, entre las 9 y las 16:00 horas. “Consiste en respetar el movimiento del niño".

La jornada de un alumno de 2º de Primaria puede empezar con juegos con otro estudiante. Después, irá a un aula para hacer ejercicios de matemáticas y escritura; luego, tocará la batería o pintará; y más tarde, ayudará al jardinero a las labores del huerto o ensayará el texto de teatro de una obra de Shakespeare.

Este centro cuenta con la licencia administrativa, que le presenta como “una escuela privada normal”. Funciona desde hace un año y la idea del director es ampliar la oferta educativa a Secundaria dentro de unos años. 

Manel Martínez defiende la escuela libre como opción necesaria en la oferta. Asegura que para muchos padres el sistema es un “tubo de arbitrariedades educativas” que desean pasar cuanto antes. “Existimos las escuelas libres por una ausencia de renovación del modelo educativo, meritocrático y solo empeñado en superar PISA”. ¿Qué pasa cuando el alumno llega a la educación formal y tiene problemas para adaptarse al currículo? “Será un juicio externo el que diga que no está adaptado al sistema. Pero nos gusta pensar que ese alumno estará como otro de la escuela formal. Pensamos que ha adquirido los conocimientos”.

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